La Culpa no la tuvo Gaga: el tributo a Bowie en los "Grammys" - Artículo extraído de la revista GQ México
"La presencia de un músico en particular hubiera hecho memorable la velada..."
A diferencia de lo que muchos dicen, el tributo de Lady Gaga no careció
de ángel por culpa de la cantante. De hecho, consideramos que su voz
opaca los atuendos con los que suele tratar de llamar la atención del
público. Sin embargo, la elección de Nile Rodgers como la mancuerna
creativa para montar un popurrí con algunos momentos importantes en la
carrera de David Bowie resultó en algo fragmentado, forzado y años luz
detrás de lo que dejó como legado el delgado duque blanco.
La
persona que debió estar en ese escenario indiscutiblemente debió ser
Carlos Alomar, el guitarrista y director artístico que acompañó a David
Bowie en los momentos más decisivos, las aventuras creativas más
aventadas y los discos más emblemáticos que nuestros oídos mortales
pudieron haber escuchado. Salido de las filas de James Brown, Carlos
Alomar fue el cómplice perfecto en esa búsqueda de Bowie por un sonido
que dejara a un lado el rock espacial de Ziggy para meterse de lleno a
un romance con el soul y los demás géneros de la música afroamericana.
Así nació Young Americans y el tremendo riff de “Fame”, el primer
sencillo número 1 del artista. Así llegó la exploración por tierras
ignotas de sonido del “Station to Station”, las estrategias oblicuas de
Brian Eno y la mal llamada trilogía de Berlín. Así llegaron Alomar y
Bowie, tras aventuras con una variedad de músicos, al estrellato de
Let’s Dance que Nile Rodgers ayudó a crear.
Es difícil entender la
carrera de Bowie sin sus colaboradores, y algunos de ellos reciben el
reconocimiento que merecen, como Toni Visconti, Mark Ronson y Brian Eno,
pero este es un buen momento para honrar a un músico que siempre estuvo
a la altura de un titán, y que la noche de ayer se notó a leguas su
ausencia.